
Este fin de semana fue como probar un café expresso con azúcar mascabado, de una sola probadita degustas el amargo del café mientras al instante te contrasta lo dulce del azúcar moreno, seguido de que a los 5 minutos las pilas se recargan al doble, y más que recargarse en realidad la cafeína produce los efectos que nos hacen reaccionar para estar más alerta. Me disculpo por hacer semejante comparación debido a que no lo puedo hacer con una tacha, un pericazo, o un aliento de "popper face" ya que en mi vida nunca los he probado, quizás pensarán que me hace mucha falta vivir de a devis ¿verdad? pero hasta ahora no ha sido necesario llegar a tales extremos.
Poniendole en voluntad la mayor brevedad posible a este cuento, he de decir que en pocas palabras ha sido el fin de los encuentros y desencuentros del mes, de las cosas agradables y las bizarras, de las sorpresas digeribles y de las no esperadas, ¿y por qué no? de impulsos y decepciones bien logradas.
Me fui de antro viernes y sábado, la fiesta terminó hasta el domingo. Ya prometí estar lo más atento posible para no hacer cosas que terminen en cruda moral o malestares de ese tipo. Efectivamente creo que ha funcionado, a pesar de que en varios espacios estuve de por medio, entre el hoy y mañana, entre me acuerdo y mañana se me olvida. Ni modo, así pasa cuando sucede, debería acostumbrarme a reconocer los verdaderos alcances de valor que tiene la gente cercana a mi, y no pensar tanto que de pronto las cosas terminan por cualquier motivo.

Que para concluir mejor les recomiendo no amar, no confiar, y mucho menos quitar lo que den, ya sea su palabra, su tiempo, o cualquier otra cosa.
Estoy contento después de todo y eso es lo importante, ahora si: "Cada oveja con su pareja"
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