Lo importante es saber que no basta con ir a un motel y llegar a casa a la una de la mañana con sonrisa y suspiro a pesar de que se tiene que madrugar para empezar la semana laboral.
«La vida no es buena; el hombre tampoco lo es. Quizá fuera más cómodo pensar lo contrario. La vida, a veces, presenta fugaces y luminosas ráfagas de simpatía, de sosiego e incluso también, ¿por qué no?, de amor... Pero no nos engañemos.»
0 comentarios:
Publicar un comentario