Cuando llegué a la función había gente impaciente justo en la entrada, también un perro negro ya con sueño delante de mi, que en un principio no vi, pues estaba echado y por poco le pisaba la cola. Al ir avanzando escuché a una señora que salía advirtiendo a gritos sobre la falsedad de la misma, que su intuición le decía que todo eso tendría un engaño, después miró fijamente a un joven, lo señaló al rostro con el dedo y le dijo "Si no quieres que nadie se entere, no lo hagas" ¡Caramba! ¿Acaso llegué a una presentación para locos y extraños? Quise afirmarlo a criterio mío.
Justo a lo largo del desarrollo teatral mejor no pudo haber sido el drama acompañado de la luna menguante, donde ocurren las más inéditas desgracias... donde se disuelven los casos.
Olvidaba que de bienvenida te ofrecen un aperitivo para las emociones fuertes que puedan ocasionar dichos actos, uno nunca sabe. El final de la obra queda inconcluso, a mi se me hace que ha de tener una segunda parte, llegué desinformado, sin una sinopsis. A muchos nos gusta ir así, "Lo único realmente valioso es la intuición" diría alguien que conocí antes de nacer.
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