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viernes, 22 de enero de 2010

La Obsesión de La Colo


Hoy no me dieron ganas de salir a derrochar la noche de viernes. Fin de semana y lo gozamos desde la tarde visitando amigos que no veo regularmente. Hasta vimos con Italia una pelicula versión "exótica" de Blanca Nieves.

Antes fui a una consulta, o mejor dicho consejería que estaba planeanda desde hace varios días atrás. En ella la información obtenida fue buena, algunos detalles predecibles, pues por muy profesionales que a veces se digan, la verdad es que los gajes del oficio se aplican por defecto para obtener los resultados necesarios.

Es verdad que muchas cosas no han resultado desde hace mas de dos años en los que tuve radicalmente cambio de amistades por circunstancias necesarias más que de gusto espontáneo. "El cambio es bueno" como diría Rafiki. La cosa es que ese cambio según las estadísticas actuales, ha sido intercedido por trabas a voluntad de gente que he dejado atrás, pero ellos no me han dejado atrás a mi. La obsesión es el estímulo directo y principal de tales impulsos para desear y sobre todo intentar manipular mi dirección hacía fracasos constantes.

Hace mucho que opté por dejar de lado la guerra de poderes desde el nivel subjetivo, en cuestión de hechos, deseos y emociones. Después de todo, comprendí que llegaría tan lejos algún momento en que pudiera perderme a mi mismo. El hecho ahora es la desprotección que di a cambio sobre lo que devino para bien, aunque sea parcialmente en todo lo que ha sido de mi hasta ahora.

Me he vuelto a rodear de gente involucrada en el asunto, en el oficio. Quizás eso sea un indicativo hacia el momento de volver a activar dichos canales protectores. Este mismo medio me hizo acudir a la consulta externa que comunmente hago de mi, por mi y para mi. La duda siempre es inquietante, el hecho es que ahora está confirmado y hay que ponerle remedio. Me causó angustia saber que se me quiere cobrar algo que ya no debo. Un pendiente que no es mio y que por ello no tengo lo que he deseado pero sobre todo por lo que me he esfozado para ser digno de poseerlo, y de lo cual únicamente he estimado en partes desiguales. En ratitos pues.

Todo lo bueno cuesta, pero cuando se está consciente de que conseguirlo es posible, es mayor Karma no hacer lo posible por conseguirlo. No es precisamente el hecho en el que "el fin justifica los medios" Yo pensé así alguna vez. A veces lo sigo haciendo, más ahora pienso antes en los daños terceros. Y aseguro pensarlo así, por que quien guerra quiere, guerra tiene.

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